C
A R T A A B I E R T A
AL JEFE DE ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO.
GENERAL
DE BRIGADA AGUSTIN H. CEJAS
Que
ha pasado General Cejas? ¿Cómo ha podido
Ud. mancillar la memoria de nuestros héroes? ¿Cómo llega un Comandante en Jefe a menospreciar el patriotismo de su tropa? Le escribo en nombre de la otra
mitad. La que Ud. ha ofendido.
Disculpe
que le rememore una vivencia personal, pero aún está fresca en mi memoria, la
imagen de mi hermano con quince años (15) de edad rendir el ingreso al curso de
preparatoria en el Colegio Militar en el año 1965 y egresar como subteniente en
el año 1969. Quiero aclararle que
ingresó lleno de patrióticos ideales, y fue formado en la escuela
sanmartiniana de objetivos magnánimos. Aún hoy es reconocido como un jefe
excelente por quienes fueron sus subalternos.
En
los primeros años de la década del 70, ingresó también a mi familia un oficial instructor del Liceo Militar de
Santa Fe y que se retiró con el grado de General. De mi cuñado, aprendí que al generalato no solo
se lo obtiene en la Junta de Calificaciones sino que además hay que merecerlo y honrarlo con la ejemplaridad
de una conducta noble y sin doblez.
Y
digo esto, porque desdecirse de un homenaje, que el Subteniente Berdina y el soldado Maldonado se lo ganaron dejando su vida en el campo de batalla, para después decir “que sì pero que no”, que hay que pedir perdón por el
combate en que murieron pero igual hay
que homenajearlos, configura ello un acto canallesco con el que Ud. ha avergonzado no solo a todos
sus camaradas, sino también a toda lo familia militar, aquella que enfrento a la subversión apátrida y al inglés
invasor en los años setenta de los que Ud. reniega entusiastamente.
Entiendo que no peleó Ud. ninguna de esas dos guerras, pero cómo puede disculparse con el enemigo por haberlo combatido? Al enemigo se lo perdona cristianamente pero no se le pide perdón por combatirlo. No puede aceptarse tanta torpeza, pues de esa manera se pierde la razón de la lucha y la justicia del combate.
Cómo puede deshonrar el heroísmo de los caídos
en combate? Cómo puede Ud. desentenderse del dolor de las familias Cáceres
Monie, Gay, Lambruschini, Viola , y tantas otras
, que ofrendaron no sólo la vida de sus
uniformados sino también de sus mujeres y de sus hijos. General, esto en su arma nadie se lo va a
decir, pero es una canallada.
Por
supuesto, que podrá Ud. amparar su conducta citando las de ilustres antecesores y decirme que fueron reconocidos mandos de aquel Ejército que yo añoro. Pero no lo haga, recuerde simplemente
que ellos ya han sufrido el más doloroso de todos los repudios: el desprecio de sus
propios camaradas.
Sin
tratar de ofenderlo, me parece que Ud. no llega a la alta distinción de
soldado. Evidentemente su conducta responde al ideario político de esa casta izquierdoza,
que todavía hoy celebran haber sido delincuentes subversivos. Por alguna razón les ha pedido perdón Pero sepa Ud. que los ofendidos somos nosotros.
Le pido
un favor General: no le rinda el
hipócrita homenaje que dice rendirle a nuestros héroes. Ellos, estoy seguro lo rechazarían. Y por último, sepa Ud. que ruego a Dios que su oficialidad se parezca al menos
en algo, al estereotipo del militar que Ud. dice querer romper.
Sin otro
particular, salúdale sin más.
JORGE EUDORO LASSAGA
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