Siempre subo en este blog, artículos de mi autoría, salvo el poema del Sargento Bustamante que fue escrito por mi primo Rene Berraz Montyn. Como lo expresé en su momento, lo hice por considerarlo imperdible.
Hoy vuelvo a insistir con material ajeno, escrito por mi hermano Alfonso y lo hago por la misma razón. El siempre escribió excelentemente bien, y en este caso lo hizo tal como transitó toda su vida, con el corazón en la mano, para dejarle a su gente más querida una fiel fotografía de su alma introvertida.
Lo hace en un momento por el que atravesamos todos aquellos que ya tenemos un abultado arcón de recuerdos, e intentando asfaltar lo mejor posible el no tan largo camino que nos queda.
Cuando lo leí, me lo traje un poco sin su autorización para poder compartir con ustedes su cálida prosa, que en mí y estoy seguro que en ustedes también, removió lo más profundo de mi corazón.
El pelo blanco
Y los ojos vidriosos
El tiempo con sus huellas
Me emociona, me entristece,
me saca más de una sonrisa,
Y varias lágrimas.
El tiempo en el pelo,
El sentir en el corazón,
Ya viejo, ya muy cansado.
Recuerdo de amores
Ya muy lejanos,
De cariños casi olvidados.
Me quedo con los mejores,
Un amor judío
Que aún extraño.
Con el amor de mis hijos
Que me acercan a Dios
Y hoy con mis nietos,
que con sus ternuras
Me dicen del próximo morir.
Ya has vivido abuelo,
Y mucho,
Más o menos bien,
Mas o menos mal.
Se te nota … se te nota.
Mira tú pelo
Todo blanco
Tus ojos cansados
Perdidos, vidriosos.
Si ya es tiempo,
Desde esa blancura y ese cansancio
Partirá mi alma
Hacia la esperanza infinita
De tenerlos de nuevo a mi lado.
ALFONSO LASSAGA